Agricultura regenerativa: Vacas Felices y Quesos Premium en una granja neerlandesa

Jan Dirk van de Voort es la décima generación de granjeros en su familia, y actual propietario de De Groote Voort, un establecimiento agrícola-ganadero muy poco convencional, aún para los Países Bajos.

Fundada alrededor de 1650 por sus ancestros en tierras que desde entonces pertenecen a los van de Voort, la granja atravesó por todo tipo de cambios y crisis en los últimos 300 años, y es hoy conocida en Europa por fabricar los quesos Remeker, de sabor inigualable, bajos en sodio y elaborados con leche cruda de sus propias vacas Jersey.

Pero volvamos un poco hacia atrás en la historia: Luego de varias décadas de agricultura convencional, a comienzos de los 2000, Jan Dirk (67) decidió transicionar hacia la agricultura orgánica y dejó de usar antibióticos para su ganado. Por un lado, sus costos bajaron al eliminar el uso de agroquímicos y antibióticos, pero la rentabilidad del negocio también cayó y estuvo a punto de quebrar.

Al principio, varias vacas murieron por infecciones. Pero a fuerza de prueba y error, Jan Dirk comprobó que, cambiando la alimentación de sus animales, y recurriendo a la medicina homeopática, lograba leche de mejor calidad para su tambo.

De a poco, los que eran problemas se convirtieron en soluciones: la bosta, que antes quemaban, se usa hoy como abono del suelo. “Múltiples bacterias y hongos como el Mycorrhiza (simbiosis en griego) que antes morían por el uso de antibióticos, contribuyen a fijar nutrientes en el suelo, con lo que mejoran su fertilidad”, asegura Jan Dirk.

Además, permiten capturar CO2 y devolverlo a la tierra, lo que ayuda a la mitigación del cambio climático. Y al medir la captura de CO2, la granja de los van de Voort obtiene créditos de carbono.

La importancia de los cuernos

Al evitar los antibióticos y recurrir a la homeopatía y los remedios naturales para su ganado, Jan Dirk necesitaba un indicador de la salud de sus animales. Y allí estaba: en los cuernos que la mayoría de los criadores amputan, o simplemente compran variedades sin cuernos genéticamente modificadas.

La cornamenta cumple varias funciones para las vacas: por un lado, son un repositorio de calcio y otros nutrientes, que cuando están preñadas pasan a sus crías. De no tenerlos, las crías toman el calcio y los nutrientes de la dentadura y los huesos de sus madres, resintiendo su salud general (una vaca sin dientes no puede rumiar y alimentarse bien).

Por otro lado, los cuernos son un regulador natural de la temperatura corporal para las vacas. Al no tenerlos, sufren más estŕes térmico y esto repercute también en la producción de leche.

Dejarles los cuernos a las vacas requirió un rediseño completo del establo, para evitar que afilasen su cornamenta entre ellas o contra las paredes del mismo.

Las moscas e insectos son otro problema frecuente en los tambos. Para combatirlas, Jan Dirk recurrió a una solución natural: bacterias que “limpian” las heces antes de que los molestos insectos lleguen al tambo.

Finalmente, permitirles pastar la mayor parte del tiempo posible al aire libre mejoró su bienestar y la calidad de la leche producida, medida en términos de sustancias grasas y proteínas por litro.

Nada se pierde, todo se transforma

La granja Van de Voort es famosa en Europa por sus quesos, pero hay muchos más productos que se fabrican allí. Con el suero de la leche, alimentan a los terneros y fabrican cerveza artesanal.

A su vez, al aplicar un modelo holístico que permite la preservación de la naturaleza, el establecimiento comenzó a recibir una compensación por parte del Estado.

Actualmente, el modelo de negocios se basa en un 80% en la venta de quesos, en tres variedades; Pril (3 meses de estacionamiento); Ryp (13 meses) y Premium Old (más de 18 meses), con precios que van desde los 30 Euros a 60 Euros el kilo.

Un 20% de los ingresos provienen del eco-agroturismo, ya que la granja recibe turistas, grupos corporativos y es a la vez un centro de capacitación para otros granjeros que eligen transicionar a un modelo regenerativo. Van Dirk espera que cada vez sean más.