Terminal: locales cerrados y el número de micros más bajo de la última década

Los pasillos de la estación de Mar del Plata muestran una gran cantidad de locales comerciales y de servicios de encomiendas con las persianas bajas. Algunos están vacíos desde hace más de un año. El movimiento de micros se desplomó en los últimos años y es el más bajo desde 2009.

A menos de tres meses para el inicio de la temporada de verano, la estación Ferroautomotora de Mar del Plata presenta un complejo escenario, con gran cantidad de sus locales comerciales vacíos -en algunos casos desde hace más de un año-, escenario que se desprende directamente de la abrupta caída de los servicios, lo que genera que tenga el movimiento más bajo de los casi 10 años que lleva emplazada en su actual ubicación.

Los locales que funcionan dentro del edificio de Luro y San Juan que venden alimentos, valijas, indumentaria, recuerdos y juguetes, entre otros bienes, subsisten básicamente gracias al tráfico diario de pasajeros de los servicios ferroviarios y de ómnibus, y el de los acompañantes. Ese movimiento cotidiano es el que en definitiva se vuelca en ventas que, como en gran parte de los circuitos comerciales de la ciudad, acumula meses de una baja sostenida.

Los pasillos de la terminal de Mar del Plata exponen un importante número de persianas bajas, fachadas con carteles arrancados, locales tapiados y emprendimientos que no lograron subsistir y derivaron en el cierre.

“Este está cerrado hace varios meses y el del lado hace como más de un año que no se alquila”, comentó el empleado de una empresa de micros a través de la ventanilla, quien a diario trabaja con los locales vacíos frente a su boletería.

Locales pequeños y de mayor porte en diferentes sectores de la estación ofrecen el mismo escenario, una realidad que se extiende incluso hacia el hall de acceso al sector ferroviario, con más comercios vacíos, tapiados, oscuros y con vestigios de los emprendimientos que tiempo atrás ocupaban los espacios.

“Acá hace rato que no hay nada y aquel otro no me acuerdo cuando fue la última vez que se alquiló. Pero mirá lo que es esto, no hay nadie”, informó otro empleado señalando el café ubicado en el centro de la estación, con unas pocas mesas ocupadas. “Es desolador, no viene nadie, todos los días está así”, agregó.

Encomiendas

En el sector de servicios de encomiendas el escenario es similar, con la diferencia de que los locales destinados a este fin presentan mayores dimensiones que buena parte de los que tienen fines netamente comerciales.

Mientras que algunas empresas conservan sus mostradores activos, aunque reconocen que “hay muy poco movimiento” comparado con el de hace unos años, varias de estas grandes estructuras se encuentran vacías, tapiadas y sin actividad desde hace meses.

“Este de acá al lado está vacío hace rato y el otro… ¿estaba abierto ese? ya ni me acuerdo”, esbozó un trabajador de este sector en el marco de la recorrida de LA CAPITAL por la estación. Frente a la batería de baños, la cantidad de locales cerrados se acentúa, sin proyección de que esa situación esté en vías de revertirse.

“El tema de las encomiendas cayó mucho, y deja de ser rentable para algunas empresas, que centralizan el servicio. Pero el tema son los micros, vienen cada vez menos. Esa es la cuestión: menos micros, menos encomiendas, menos gente, menos trabajo. Es una rueda”, indicó otro empleado.

Abrupta caída de los servicios

Desde hace varios años se sostiene una notable tendencia a la baja en los servicios que operan en Mar del Plata. Si bien se incrementó la conectividad aérea y la posibilidad de viajar en tren, la caída de la demanda excede ampliamente a esas posibilidades y se ve reflejada en los números que hoy registra la terminal, con la cantidad más baja de micros que entran y salen por día de la última década.

Según datos a los que tuvo acceso LA CAPITAL, la terminal de ómnibus local registra los índices más bajos desde inaugurada la estación en diciembre de 2009. Hasta el año pasado, el promedio diario entre las unidades que arribaron y partieron de la ciudad fue de 377 micros, mientras que en el mismo mes del 2017 el número había sido de 381. En 2016, fue de 390. Este año, en el 2019, hay apenas entre 300 y 350 servicios diarios, informaron.

Este balance negativo se replica al ampliar el análisis a las medias anuales. De 2010 a 2011, los números se mantuvieron: 507 en 2010 y 509 en 2011; en cambio, en 2012, el promedio de los servicios cumplidos por día alcanzaron un total de 525, un pico que, hasta el momento, no se pudo volver a alcanzar.

Es que desde entonces, la cantidad de unidades que circulan por San Juan al 1400 fueron disminuyendo. En 2013, el número bajó abruptamente a 498 y volvió a reducirse en 2014, llegando a 475 el promedio de servicios diarios. En 2015, se sostuvo en 477, pero volvió a bajar en 2016 a 447, para pasar, en 2017, a 428.

En cuanto a los números actuales, las comparaciones interanuales no auguran un cambio en la tendencia: hace más de un año que la caída de la cantidad de servicios se acentúa y hay días de semana que solo se registran 300.

El resultado de la ecuación es evidente: la caída de los servicios repercute en una menor circulación de pasajeros y acompañantes por los pasillos de la terminal, situación que -sumado a la caída generalizada de las ventas- se traduce en menos movimiento, locales que cierran y a su vez, aquellos posibles interesados en emprender un negocio dentro de la estación desisten al conocer esta realidad que se profundiza pese a la proximidad del verano.