Casi 20 mil personas cambiaron su identidad de género en la Argentina desde la sanción de la Ley 26.743 que lo habilitó el 9 de mayo de 2012. El RENAPER (Registro Nacional de las Personas) contabiliza 19.270 cambios registrales hasta mayo de 2024. Esta cifra incluye los amparos judiciales de 36 personas que exigieron reconocimiento antes de que existiera la Ley y accedieron por vía judicial a la rectificación registral del sexo asignado al nacer en el DNI.
La Ley de Identidad de Género argentina fue pionera en el mundo por no requerir certificación legal ni médica para el reconocimiento de la identidad de género, por tratarse de una “vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente” (artículo 2º). Al reconocimiento de la identidad de género como un derecho humano, el Estado argentino sumó un decreto (476/21, julio 2021) que admite una tercera categoría para DNI y pasaportes de quienes se identifican con un género no binario, fluido o neutro: la X. Este registro del RENAPER también considera a quienes se inscribieron en esa categoría.

Los ataques del gobierno de MIlei a la Ley de Identidad de Género
A pesar de los avances que implicó la Ley de Identidad de Género en Argentina y en otros países a los que sirvió de referencia, el gobierno de Javier Milei -en consonancia con otros gobiernos antitrans como el de Estados Unidos- la convirtió en un blanco de diversos ataques. Por un lado, la modificó por decreto, cambiando el artículo sobre los tratamientos a menores de 18 años. Por otro, un grupo de diputados del PRO y de La Libertad Avanza presentó un proyecto de ley que también apunta a cambiarla con argumentos engañosos. En noviembre de 2024, la activista trans travesti Alba Rueda lo había advertido en esta nota.
En un escenario dominado por la desinformación, las noticias engañosas y la crueldad, creemos que desde la comunicación podemos ayudar a la defensa de la Ley de Identidad de Género difundiendo manera persistente sus múltiples impactos en las vidas de las personas. Compartiendo cómo el derecho a la identidad está vinculado al derecho a la vida, a la educación, al trabajo y a tantos otros derechos humanos elementales.
Con esa idea consultamos a nuestra comunidad a través de Instagram, donde tenemos nuestra mayor audiencia en redes sociales: ¿Cómo te cambió la vida la Ley de Identidad de Género? Estas fueron las respuestas. Que seguiremos impulsando y difundiendo.
Así me cambió la vida
“Gracias a la Ley de Identidad de Género sigo viva”
Francesca Sansone Vera
“La Ley de Identidad de Género que fue el punto de inicio para proyectar mi vida y desarrollarme por fuera de lo que se decía era para nosotras las travestis como un destino fijo. Soy quien soy gracias a muchas y muchos que lo dieron todo para que esto sea posible. No sólo hay que honrar esa memoria, tenemos que defender ese legado.
La Kalo
“Cuando fui niñe, a finales de los 80 en Tucumán, era inimaginable nombrar la diversidad sexogénerica. Me he sentido solx, distintx, incomprendido muchos años, quizás los más importantes. Dentro de la familia no me sentía tan raro, siempre hubo lesbianas visibles en ella, pero a mi alrededor decían que eran «odiosas», «malas», «complicadas». ¿Cómo habrá sido la juventud lesbiana de mis tías y lo que les debe haber costado coexistir con quienes las discriminaban?. Quizás sus contextos más prohibitivos, hayan sido más violentos. Veo que siguen matando lesbianas en la Argentina, no está tan lejos.
Desde el 2010 con la ley de Matrimonio Igualitario y después con la Ley de Identidad de Género sobretodo he sido felíz dentro y fuera de mi casa para siempre. A partir de mi generación ya es así, nadie puede hacerte mal debido a tu disidencia, ahora todes lo sabemos. También sé que si lo hicimos antes, ahora más que nunca deberemos hay que seguir saliendo a la calle para defender nuestra dignidad de existir siempre con Orgullo. ¡No pasarán”.
Titireteka
“Me cambió la vida un día antes de cumplir 51 años. Hoy tengo 62, terminé el secundario en el «Bachi» Mocha Celis el año pasado. Aguante la Ley 26.743 y todes nosotros y nosotras”.
Merlina Victoria Groba
“Gracias a la Ley de Identidad de Género pude recibirme de la UBA con mi nombre y hacer una carrera de psicóloga. Gracias a esa ley me sentí avalada en una identidad difusa que pensaba que tenía que ser un secreto. Gracias a esta ley pude sentir que podía cambiar mi cuerpo, que estaba en el derecho a construir la imagen de mi deseo”.

Killa Orbe
De pana, yo ni conocía el neologismo de «trans» entonces nada, vivía interpretando un personaje. Ahora ya no, la vida es mucho más sencilla y me preocupo de otras cosas más importantes. Gracias a quienes impulsaron la ley, su difusión y ejercen educación día a día”.
Alex Valentín
“Gracias a la ley de identidad de género soy la primera y única chofer de camiones blindados de todo el continente. Gracias a la ley de identidad de género soy quien quise ser toda mi vida. Me dio la felicidad de vivir como me gusta”.
Luly Queen
“En mi país no hay ley de identidad de género. Después de 7 años viviendo en Argentina pude tramitar mi cambio de nombre. Gracias a la ley 26.743 tengo un documento que valida mi identidad. El acceso al derecho a la identidad es la puerta de entrada para la constitución identitaria, individual, personal, humana”.
Ricardo González, Naiguata
“Gracias a esa ley aún tengo a dos integrantes de mi familia vivos y conmigo. Esa ley no solo los hizo sentir acompañados, sino que los protege día a día de discriminación gracias a que tienen sus documentos y sus identidades homologadas por nuestro país».
Leco del Sur
“Estuve en la redacción de la Ley de Identidad de Género y durante cuatro años visitamos la comisión para defender nuestra Ley. La Ley de Identidad de género nos cambió la vida a muchas personas. Falta mucho más, como la implementación del cupo laboral trans y la sanción de una ley de reparación de las adultas mayores y sobrevivientes de la dictadura cívico militar”.
Carolina Belén Espinoza Barrera
Hace unas semanas, en una marcha donde se pedía una Ley de Reparación Histórica para travestis y trans sobrevivientes, Marcela Tobaldi, de La Rosa Naranja, nos decía acerca del impacto inmenso de la Ley de Identidad de Género. “Hace diez años nuestro promedio de vida era de 35 años. Hoy gracias a las políticas públicas aspiramos a 5 años más de vida. ¿Hay otro sector que tenga este promedio? El Estado tiene una deuda inmensa con el colectivo travesti trans. Y con la reparación histórica”.