Detención del Narcoabogado
Iván Carlos Méndez, quien obtuvo su título de abogado mientras cumplía dos condenas por narcotráfico, ha sido arrestado por su papel como un intermediario entre los líderes narcos de Rosario y Buenos Aires, quienes están recluidos bajo régimen de alto perfil en penales federales. Su función principal era romper el aislamiento de estos capos criminales, como Ariel y Uriel Cantero, Mario Segovia y el expiloto Julio Rodríguez Granthon, facilitando la comunicación con sus familiares y miembros de sus organizaciones.
Detalles de la Captura
Méndez fue detenido en una vivienda ubicada en el barrio Padre Carlos Mugica, conocido como Villa 31, que es de propiedad de César Morán de la Cruz, apodado El Loco, otro líder mafioso. Durante la operación policial, se encontró un fusil de alto calibre en la vivienda donde se hallaba Méndez.
El Rol de los Abogados en el Narcotráfico
No es la primera vez que el Servicio Penitenciario y el PROCUNAR han observado que abogados desempeñan funciones que van más allá de brindar asesoría legal. Los únicos que pueden visitar a los reclusos de alta peligrosidad son los abogados y los familiares directos. Un ejemplo se presentó en enero pasado, cuando el narco René Ungaro pasó un pequeño papel a su madre durante una visita. Este papel contenía el nombre de una persona que Ungaro había señalado para ser asesinada y un número de teléfono que, tras la investigación, fue relacionado con Méndez.
Conexiones y Operaciones
Las autoridades se mostraron particularmente interesadas en las reuniones que mantenía Méndez con diversos líderes narcos que no compartían una sola organización, como Mario Segovia, Martín Lanatta y Ariel Cantero. En muchos de estos casos, tenía el rol de abogado defensor y también actuaba como representante legal de los reclusos. Tras estudiar abogacía en prisión debido a su propia experiencia en narcotráfico, Méndez ha sido condenado por el Tribunal Oral Criminal Federal 3 de San Martín.
Una Red Criminal que Persiste
Los investigadores de PROCUNAR han identificado a Méndez como parte de una red de comunicación entre jefes narcos desde dentro del sistema penitenciario. Este fenómeno no es aislado. Un caso anterior involucró al abogado Gregorio Gómez, quien servía como mensajero de otros criminales y participó en el transporte de más de 400 kilos de cocaína que fueron confiscados por las autoridades. A pesar de la implementación de regímenes de aislamiento, los lazos entre los delincuentes y sus organizaciones permanecen, gracias al uso de teléfonos celulares en las cárceles que les permitían continuar con sus operaciones criminales.