Home Sociedad La devoción impulsa a miles en la peregrinación de Liniers a Luján

La devoción impulsa a miles en la peregrinación de Liniers a Luján

La devoción impulsa a miles en la peregrinación de Liniers a Luján

Peregrinación Juvenil a Luján

La travesía hacia Luján inicia mucho antes de pisar la ruta, comenzando con una promesa, una plegaria susurrada ante las adversidades, y el deseo de agradecer o renacer en la fe. Este fin de semana, se llevó a cabo la 51° Peregrinación Juvenil a Luján, un evento que congrega nuevamente a miles de personas dispuestas a recorrer los 60 kilómetros que separan el Santuario de San Cayetano en Liniers del Santuario de la Virgen en Luján. Algunos participan por primera vez, mientras que otros son veteranos en esta tradición.

Historias de fe y esperanza

La fe se ha convertido en el motor que impulsa a todos los peregrinos. Por ejemplo, Daniela Ledesma, quien llegó desde Florencio Varela, afirma con seguridad: «Yo llego a Luján«. Camina en compañía de sus sobrinas, explicando que su motivación incluye una promesa, salud, trabajo y energía espiritual. Un sentimiento que resuena en muchos de los presentes: la búsqueda de fortaleza para enfrentar lo cotidiano en momentos difíciles.

Desde el mismo partido de Florencio Varela, Agustina Jiménez, quien repite la experiencia por segunda vez, comparte que, junto a su tía y amigas, este año es especial porque es la primera vez que lo hacen juntas. «Vengo por trabajo y salud», asegura, mientras sonríe a pesar del cansancio. Ella resalta que caminar en grupo brinda un impulso extra cuando el deseo de rendirse aparece.

Un camino de agradecimiento

Los hermanos José y Andrés, que viajaron desde La Pampa, también se han unido a la marcha. José, con ya cierta experiencia, expresa: «Vine a agradecer«, mientras su hermano Andrés, quien es nuevo en la experiencia, señala que está emocionado y con muchas ganas de caminar hasta Luján. Ambas voces repiten un anhelo común: trabajo y salud, temas presentes en las oraciones y señales que los peregrinos llevan.

Fernando Sosa de Palermo comparte que es su segunda participación. «La primera vez pedí trabajo y lo obtuve. Ahora he venido a agradecer a la Virgen». Camina solo, pero siente que la fe colectiva de los demás lo acompaña, visible en el apoyo de los vecinos que ofrecen agua y ánimo.

Motivaciones familiares y sanación

Las hermanas Milán y Camila Torres, provenientes del Microcentro porteño, tienen un motivo familiar: «Venimos a pedir por la salud de mi papá«. Su padre ha sido un peregrino habitual pero no pudo asistir este año, y ahora ellas buscan llevar su espíritu hasta la Virgen.

Daniela Pavón, quien lleva más de veinte años en esta peregrinación, ha traído a su sobrina y a sus dos hijas, quienes participan por primera vez. «Vinimos a agradecer y aliviar el dolor de la pérdida de nuestro sobrino», comparte. En su caminata, busca transformar el dolor en movimiento y gratitud.

Promesas cumplidas y resiliencia

Entre los peregrinos, algunos caminan en busca de sanación. Marta de Merlo llega con un testimonio poderoso: «Vengo a agradecer por haberme curado del cáncer«. Prometió que si se recuperaba, haría este viaje a pie. Mientras, un joven sostiene la foto de su hermana, quien no pudo venir debido a un tratamiento, pero camina espiritualmente junto a él.

Cada año, esta peregrinación refleja una amplia gama de historias personales que se entrelazan, demostrando que la fe brinda sostén. A lo largo de los 60 kilómetros, cada paso cansado, cada abrazo al llegar, rebosan un significado que trasciende lo religioso: la convicción de que creer es una manera de continuar adelante.