El impacto de los costos en el agro argentino
Un reciente informe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), perteneciente a la Fundación Mediterránea, ha resaltado que el sector agropecuario argentino está perdiendo competitividad. Esto se debe principalmente al aumento de los costos y a los precios bajos que enfrenta en el mercado. El estudio indica que los insumos agropecuarios en Argentina son más caros en dólares en comparación con otros países de la región.
Estudio comparativo de costos
El análisis, realizado por los economistas Franco Artusso y Tobías Lucero, pone énfasis en una dimensión poco explorada de la competitividad agropecuaria: el costo de producción de granos frente a otros países. A diferencia de estudios previos que frecuentemente se enfocan en los ingresos del sector, como son los precios internos de los granos o el tipo de cambio efectivo, este trabajo del IERAL se especializa en examinar el lado de los costos, así como los precios de insumos, servicios y bienes de capital no solo en Argentina, sino también en Brasil, Uruguay, Paraguay y Estados Unidos.
Los autores mencionan que la medición comparativa de los costos de producción puede ser compleja. «No existen bases de datos estandarizadas que permitan acceder de forma directa y sistemática a los precios de productos similares en distintos países», comentan Artusso y Lucero. A esto se añaden las dificultades de comparar insumos agrícolas que dependen de variables como el tipo de suelo, el clima, las regulaciones o la infraestructura logística disponible en cada nación.
Resultados del estudio
A pesar de estas complicaciones, el IERAL logró recopilar precios de 13 bienes y servicios agropecuarios, agrupados en seis categorías: fertilizantes, herbicidas, fungicidas, transporte de carga, combustible y maquinaria, con datos recolectados a partir de septiembre de 2025.
Los hallazgos revelan que Argentina presenta precios más altos en dólares que sus pares, destacando que en un 69% de los casos se encuentra por encima de Brasil, Uruguay y Paraguay, y en un 54% en comparación con Estados Unidos. Por ejemplo, el costo de los fertilizantes se encuentra un 5,8% más alto, los herbicidas un 8,2% más, y los combustibles un 3% más caros que en el promedio de los otros cuatro países.
Excepciones en el mercado
Sin embargo, también se identificaron algunas excepciones. Las cosechadoras son un 7% más económicas que el promedio de la región, y los fungicidas resultaron ser 7,8% más baratos que en los otros países, aunque solo en Estados Unidos se registró un precio inferior (22,3 US$/lt frente a 23 US$/lt en Argentina). En contraste, los tractores cuestan un 31% más que el promedio regional.
Los autores concluyen que aunque Argentina muestra precios más altos en dólares para la mayoría de los insumos, no se debe únicamente a la estructura de precios internacionales, sino también a distorsiones internas que incrementan los costos de producción.
Desafíos y reformas necesarias
Entre las razones mencionadas por Artusso y Lucero se encuentran las restricciones cambiarias, las cargas impositivas acumulativas, como el impuesto a los Ingresos Brutos, y tasas municipales sobre facturación, que ocasionan un efecto de «impuesto sobre impuesto». Además, las regulaciones laborales restrictivas y altos costos logísticos contribuyen a una operativa menos eficiente.
Para mejorar la competitividad, los investigadores sugieren centrar la atención en el ámbito microeconómico y revisar las regulaciones e impuestos que encarecen la producción. Propugnan por un esquema que otorgue mayor libertad a los agentes privados en sus actividades productivas, sin importar su tamaño o sector. Se recomienda sustituir impuestos distorsivos por tributos más neutrales, como el IVA.
Finalmente, enfatizan que el principal obstáculo para la competitividad del agro argentino radica no en los costos, sino en los ingresos. Esto se debe a los derechos de exportación (retenciones), que reducen de manera directa el precio que reciben los productores locales por sus productos, a diferencia de lo que sucede en los demás países analizados. Así, concluyen que la producción agropecuaria argentina enfrenta una situación en la que, a pesar de tener precios internacionales descontados por retenciones, los costos internos siguen siendo superiores a los de sus competidores.
Por lo tanto, para poder recuperar competitividad y aprovechar al máximo el potencial productivo del sector, es fundamental superar este doble desafío de tener insumos más caros y precios de venta más bajos.
