El robo en el Louvre y la vulnerabilidad del arte
El reciente hurto de ocho joyas históricas en el Museo del Louvre de París ha resaltado la vulnerabilidad que enfrentan las grandes colecciones de arte a nivel mundial. Un caso emblemático es el de dos bocetos al óleo de Rubens, que fueron robados de un museo español hace cuatro décadas. Estas dos obras, que en el mercado negro de aquella época alcanzaban un valor aproximado de 3,5 millones de dólares, fueron recuperadas tras una operación internacional de siete años que permitió identificar a los responsables.
Detalles sobre las obras robadas
Los trabajos, titulados ‘La Aurora’ (también conocido como ‘Psique’) y ‘El Laberinto de Creta’ (o ‘Dédalo y el Minotauro’), fueron despojados de la antigua sede del Museo de Bellas Artes de A Coruña, en el noroeste de España, debido a las inadecuadas medidas de seguridad de la época.
Investigación internacional
El primer indicio sobre el paradero de las obras surgió a principios de 1986, solo cuatro meses después del robo. Una de las tablas, ‘El Laberinto de Creta’, fue llevada para su tasación al Museo Nacional de Estocolmo, donde Görel Cavalli-Björkman, conservadora y especialista en pintura flamenca, la identificó como la obra robada, tras consultar con el Museo del Prado. Esta alerta dio inicio a la búsqueda internacional, resultando en la incautación de la tabla antes de que pudiera ser vendida a coleccionistas privados.
La segunda pintura, ‘La Aurora’, permaneció en incógnita hasta 1991, cuando fue descubierta en Miami durante una operación encubierta llevada a cabo por agentes de Aduanas de los Estados Unidos. La clave para proceder fue la identificación de la obra por parte de Charles Scribner III, un reconocido historiador de arte, quien actuó como perito para certificar su autenticidad ante los intermediarios que pretendían venderla por 3,5 millones de dólares.
El ladrón y su captura
Consultado sobre su experiencia, Scribner rememora esta historia como una de las más emocionantes de su carrera y expresa su deseo de que haya una secuela de este asunto, calificándolo como su “mayor aventura”. Ambos bocetos, que datan de 1636 y fueron pintados por Rubens para el rey Felipe IV, fueron devueltos a España en noviembre de 1992, siete años después de haber sido sustraídos.
La operación culminó con la detención de varios implicados, entre ellos el español Ramón Ramudo, identificado como la mente maestra del robo. Vivía en Estocolmo y alegó haber adquirido ‘El Laberinto de Creta’ por 30,000 dólares, creyendo que se trataba de una copia. Posteriormente, fue condenado en primera instancia por posesión de propiedad robada y sentenciado a dos años de prisión. Sin embargo, Ramudo logró escapar de Suecia aprovechando un tecnicismo legal que le concedió un plazo de seis meses para apelar su condena debido a una mínima diferencia en las dimensiones publicadas de la pintura.
Finalmente, la aparición de ‘La Aurora’ fue lo que condujo a que el ladrón de arte fuera llevado ante la justicia.
