Un diagnóstico impactante
Tatiana Schlossberg, conocida como la nieta de John F. Kennedy, ha compartido el desgarrador anuncio de que padece una forma terminal de leucemia mieloide aguda. En un emotivo ensayo publicado en The New Yorker, relató que se enteró de su enfermedad el mismo día en que nació su segundo hijo.
El momento del diagnóstico
El diagnóstico llegó en mayo de 2024, cuando Tatiana tenía 34 años. Un análisis de rutina reveló un número anormalmente alto de glóbulos blancos, lo que llevó a una confirmación de leucemia, específicamente una variante con una mutación poco común, conocida como Inversión 3, que afecta mayormente a personas mayores.
Tratamientos y desafíos
Desde la recepción de su diagnóstico, Tatiana ha pasado por múltiples rondas de quimioterapia, dos trasplantes de médula ósea —el primero utilizando células de su hermana— y ha participado en ensayos clínicos. Además, en septiembre sufrió de una variante del virus de Epstein-Barr que afectó gravemente sus riñones, obligándola a reaprender a caminar.
Reflexiones sobre la vida y la familia
En su texto, la periodista ambiental expresó un profundo temor sobre el legado que dejará a sus hijos. «Me siento engañada y triste por no poder seguir viviendo la maravillosa vida que teníamos», escribió, añadiendo que le aflige pensar que sus hijos quizás no tengan recuerdos de ella.
Críticas a la política actual
Además, Schlossberg no dudó en criticar las políticas de su primo Robert F. Kennedy Jr., actual secretario de Salud en el gobierno de Donald Trump. Advirtió que sus decisiones podrían perjudicar a pacientes como ella, al recortar las inversiones en tecnologías de vacunas de ARNm que, según ella, podrían ser útiles en tratamientos contra ciertos tipos de cáncer. «Era una vergüenza para mí y para mi familia inmediata», afirmó.
El impacto en su tratamiento
El reciente contexto político también ha generado inquietud en su equipo médico. Tatiana destacó cómo los recortes federales han afectado al NewYork-Presbyterian/Columbia Medical Center, la institución patética de su tratamiento, haciendo que su entorno, en el que había depositado su confianza, se volviera inestable. «De repente, el sistema de salud del que dependía se volvió inestable», describió.
Un legado familiar de tragedias
La historia de Tatiana resuena con las tragedias que han azotado a la familia Kennedy desde el asesinato de su abuelo en 1963 hasta el accidente aéreo que costó la vida a su tío, John F. Kennedy Jr., en 1999. «Durante toda mi vida traté de ser buena hija, buena hermana, buena persona», confesó. «Y ahora he añadido una nueva tragedia a nuestra familia, y no hay nada que pueda hacer para evitarlo».