Intervención médica autorizada para un recién nacido
Un juez de Familia de Neuquén ha tomado la decisión de autorizar una cirugía urgente para un bebé recién nacido, cuya intervención era rehusada por sus padres debido a sus creencias religiosas como testigos de Jehová. El magistrado Luciano Zini permitió que el equipo médico del hospital provincial Castro Rendón llevara a cabo la operación a pesar de la oposición de los adultos, fundamentada en su rechazo a las transfusiones de sangre.
Protección del menor como prioridad
La resolución se tomó para garantizar la protección del bebé, quien requería atención médica inmediata. Según informa el medio LM Neuquén, el magistrado apeló al «principio de interés superior del niño», el cual asegura su derecho a la vida y salud, abogando por el acceso a los recursos médicos, incluso si esto entra en conflicto con la voluntad de los padres. El juez Zini manifestó: «Si los derechos de los niños resultan vulnerados por la acción u omisión de sus padres o de terceras personas, el Estado debe actuar restableciendo los derechos vulnerados».
Antecedentes del caso
El niño, apenas un día de vida, había sido trasladado de emergencia desde San Martín de los Andes con un diagnóstico de obstrucción intestinal, una condición que exige cirugía inmediata y con alto riesgo de necesidad de transfusión de sangre. Posteriormente a la intervención, el menor quedó hospitalizado con riesgo de vida.
Creencias de los testigos de Jehová
Los testigos de Jehová rechazan las transfusiones de sangre por razones religiosas, interpretando que la sangre simboliza la vida y es sagrada, considerándolas una violación de una ley divina. Dada la negativa de los padres a permitir el procedimiento, la Defensoría de los Derechos del Niño y el Adolescente de la IV Circunscripción, liderada por Laura Lucero, solicitó una «medida autosatisfactiva» para urgentemente obtener una respuesta judicial.
Decisión del juez y sus implicaciones
El juez Zini destacó que aunque la responsabilidad parental confiere a los progenitores el derecho de decidir sobre la salud de sus hijos, este derecho es limitado. Según los informes médicos, no realizar la intervención recomendada conllevaba «cierto riesgo para la vida del bebé». Ante situaciones donde los derechos de un niño se ven comprometidos por decisiones parentales, el Estado debe intervenir. Además, indicó que los padres pueden transmitir valores y estilos de vida, siempre que no restrinjan el acceso de sus hijos a cuidados médicos esenciales. Advirtió que mantener la negativa podría resultar en un desenlace irreversible y potencialmente fatal para el recién nacido, afirmando: «Con la negativa de los progenitores estaríamos ante la irreversibilidad de una decisión que puede ocasionar la muerte del niño, lo que obviamente no se puede permitir».
