Introducción al RIMI
El reciente borrador de la reforma laboral incluye un componente significativo: un capítulo designado a fomentar inversiones productivas de pequeño y mediano nivel. Este esquema, denominado Régimen de Incentivo para Medianas Inversiones (RIMI), se presenta como un «nuevo RIGI» orientado a facilitar la entrada de capital nacional y extranjero en actividades económicas clave en las provincias.
Objetivos del RIMI
La implementación del RIMI tiene como finalidad principal impulsar el desarrollo productivo, mejorar la competitividad del sector, aumentar las exportaciones y crear nuevos empleos mediante beneficios fiscales claramente estipulados. Esta iniciativa surge como respuesta a las demandas de las pymes, que han solicitado un plan similar al vigente Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), que aplica a proyectos de mayor envergadura.
Funcionamiento del RIMI
El RIMI será aplicable a empresas que estén constituidas o habilitadas en Argentina y que opten por realizar nuevas inversiones durante los primeros dos años de la vigencia de la ley. Los fondos invertidos deberán destinarse a la adquisición o fabricación de bienes muebles nuevos (excluyendo automóviles), o a la realización de obras que impacten directamente en procesos productivos.
Las inversiones financieras, de cartera o la compra de bienes para reventa no estarán contempladas dentro del régimen, enfocándose en proyectos que generen un impacto tangible en la economía.
Autoridad y validación de proyectos
La Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) será la encargada de supervisar el cumplimiento del régimen, pudiendo requerir informes técnicos de otros organismos para verificar la validez de los proyectos y determinar los beneficios fiscales aplicables.
Requisitos y niveles de inversión
Los montos mínimos para acceder al RIMI varían según el tamaño de cada empresa. Las micro, pequeñas y medianas empresas deberán alcanzar niveles de inversión incrementales, mientras que las grandes empresas tendrán un umbral más alto. Sin embargo, en este momento, aún no se han definido los montos exactos para ingresar al programa.
El régimen incluye una categoría especial sin monto mínimo, que está destinada a inversiones en insumos agrícolas y energéticos estratégicos, tales como sistemas de riego y equipamiento de eficiencia energética. Todas las metas propuestas deberán cumplirse en los dos primeros ejercicios fiscales tras la implementación del programa.
Opciones de beneficios fiscales
Los beneficiarios del RIMI podrán elegir entre seguir con el régimen tradicional del Impuesto a las Ganancias o acogerse a un esquema de amortización acelerada, lo que facilitaría una deducción más rápida de las inversiones. Por ejemplo:
- Las inversiones en bienes muebles podrán amortizarse en dos cuotas iguales.
- Las obras se amortizarán en cuotas proporcionales a una vida útil acortada.
- Para equipos de riego o mallas antigranizo, la deducción será inmediata.
Los créditos fiscales de IVA asociados a estas adquisiciones podrán solicitarse para devolución anticipada tras tres periodos fiscales desde la compra. Además, el Ministerio de Economía y la ARCA establecerán un límite presupuestario anual para estas devoluciones, a fin de controlar el impacto fiscal.
Limitaciones y condiciones del RIMI
No podrán beneficiarse de este régimen aquellos proyectos que ya estén recibiendo apoyo del RIGI u otros programas similares. En caso de que una empresa pierda las condiciones necesarias durante el tiempo que dure la vigencia del RIMI, deberá reintegrar los beneficios fiscales que haya recibido, incluyendo el IVA devuelto y las deducciones por ganancias, más los intereses acumulados. La ARCA podrá imponer sanciones adicionales si corresponde.
Es importante destacar que los bienes adquiridos bajo el RIMI deben mantenerse en la empresa por un mínimo de dos ejercicios fiscales. Si se venden antes de este plazo, la empresa perderá los beneficios, salvo en situaciones de fuerza mayor, destrucción o reemplazo por bienes equivalentes de igual o mayor valor.
