Home Sociedad Causa Cuadernos: Ernesto Clarens confesó sobre recaudación ilícita de USD 300 mil semanales por orden de Néstor Kirchner

Causa Cuadernos: Ernesto Clarens confesó sobre recaudación ilícita de USD 300 mil semanales por orden de Néstor Kirchner

Causa Cuadernos: Ernesto Clarens confesó sobre recaudación ilícita de USD 300 mil semanales por orden de Néstor Kirchner

Revelaciones sobre el financiamiento ilegal en Argentina

Durante el juicio de los Cuadernos, el financista Ernesto Clarens proporcionó detalles que iluminan el funcionamiento de una de las tramas de recaudación ilegal más intrincadas de la historia reciente de Argentina. En la tercera sesión del juicio oral, se leyeron fragmentos significativos de su declaración como imputado colaborador. Clarens describió su papel en el circuito de sobornos relacionados con las obras públicas durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner.

En su testimonio, Clarens reveló: “Yo me ocupaba por cambiar los pesos por dólares”, remarcando su papel crucial en la conversión y traslado de los fondos. Cristina Kirchner enfrenta cargos como supuesta jefa de asociación ilícita y cohecho, siendo juzgada junto a De Vido, Baratta y otros 83 acusados.

Detalles de la operación de recaudación

La declaración de Clarens se llevó a cabo en una audiencia virtual sin la presencia de la expresidenta, durando cuatro horas en total. Comenzó relatando un encuentro en medio de 2005 con Carlos Wagner, entonces presidente de la Cámara de la Construcción, quien le comunicó que el Gobierno buscaba obtener fondos a través de la obra pública. Su tarea era asegurar que los pagos de las constructoras llegaran a José López, secretario de Obras Públicas, o a la persona que él indicara.

Clarens fue elegido debido a su cercanía con Lázaro Báez, y después de recibir instrucciones de Wagner, verificó el procedimiento con López y Báez. Estos le facilitaron la conexión con Daniel Muñoz, secretario privado de Néstor Kirchner, quien le indicaba el lugar de las entregas de dinero, variando según el monto.

  • Las constructoras, incluyendo a Collazo por HELPORT y Santiago Altieri por IECSA, acudían a la oficina de Clarens para realizar las entregas.
  • El monto promedio de cada entrega era de USD 300,000, realizándose de manera semanal.

Con el tiempo, las cifras comenzaron a declinar debido a que las empresas enfrentaban problemas para reunir el dinero, un fenómeno acentuado por los retrasos en los pagos de la Dirección Nacional de Vialidad.

El papel de Clarens en el circuito monetario

La función principal de Clarens consistía en cambiar los pesos por dólares en el mercado informal, obteniendo una comisión por su trabajo. Esto lo hacía a través de un corredor llamado Vallarino, y ocasionalmente utilizando la mesa de dinero del Banco Finansur.

La dinámica del sistema incluía que la Camarita le entregara mensualmente un listado de las obras licitadas, que contenía detalles sobre cada proyecto adjudicado, mientras que un segundo listado mostraba las empresas cartelizadas. La licitación requería el adelanto de un 20% del total de la obra.

Instrucciones directas de Cristina Kirchner

Clarens mencionó un pedido específico de Cristina Kirchner tras la muerte de Néstor Kirchner, donde solicitó que se adjudicara una obra en el sur a Cristóbal López. A través de José López, Clarens se encargó de informar a los interesados que debían desistir de la licitación, lo que finalmente llevó a que la obra fuera concedida a López.

Clarens expuso que después de la muerte de Néstor Kirchner, la recaudación se interrumpió, estimando que el dinero movilizado en este esquema llegó a ser de aproximadamente USD 30 millones.

La relación con empresas y campañas políticas

Durante 2012 y 2013, Clarens también detalló que algunas empresas, como ESUCO, CARTELLONE y ROGGIO, proporcionaron fondos para financiar las campañas del kirchnerismo. Luego de cambiar el dinero a dólares, se lo entregaba a López en un departamento cercano al Hotel Faena.

Clarens concluyó su exposición revelando que Muñoz había mencionado que el efectivo se almacenaba en una bóveda en la casa de la pareja Kirchner en El Calafate, siendo transportado en aviones oficiales que partían desde el Aeroparque.