Una carrera brillante y ecléctica
El mundo del cine pierde a Udo Kier, un actor de culto que dejó una huella indeleble en la industria del entretenimiento. Su fallecimiento, ocurrido ayer en Palm Springs, fue confirmado por su pareja, el artista Delbert McBride. A los 81 años, Kier fue recordado por su participación en películas que abarcan desde el arte hasta el cine comercial, consiguiendo un balance entre la expresión artística y la industria del cine.
Kier, conocido por su mirada penetrante, interpretó algunos de los personajes más perversos y grotescos, ganándose el aprecio de directores de renombre como Andy Warhol, Wim Wenders, Rainer Werner Fassbinder y Lars Von Trier. Aunque su carrera se inició en la década de los 60 con cortometrajes y películas de bajo presupuesto, pronto se convirtió en una figura emblemática del cine, especialmente en el género de terror.
Últimos trabajos y legado
Uno de sus proyectos más recientes se presentará en la Semana de Cine de Cannes, inaugurándose hoy en Buenos Aires. En la película El agente secreto de Kleber Mendonça Filho, Kier interpreta a Hans, un exiliado alemán lleno de cicatrices. Este proyecto marca el final de una carrera repleta de trabajos variados y significativos.
- En 1980, Kier protagonizó el papel del Barón von Frankenstein en Carne para Frankenstein y como el Conde Drácula en Sangre para Drácula, ambos proyectos bajo la influencia de Warhol.
- Su actuación en el terror se destacó también en títulos como La marca del diablo, donde interpretó al conde Christian von Meruh.
- Kier se mantuvo activo durante toda su vida, colaborando con importantes cineastas y participando en producciones internacionales, incluso en Hollywood.
Nacido en Colonia, Alemania, el 14 de octubre de 1944, su infancia estuvo marcada por la guerra, siendo rescatado de los escombros de un hospital tras un bombardeo. Criado por su madre, desarrolló su carrera en el mundo de la actuación al mismo tiempo que se destacaba en festivales internacionales. Su carisma lo llevó a interpretar papeles de villano, pero también a brillar en roles más excéntricos, como en Swan Song, donde obtuvo múltiples premios.
Udo Kier, que estuvo en Palm Springs desde 1991 rodeado de su pareja y sus queridas mascotas, permanecerá en la memoria colectiva como un talentoso actor que encarnó un mundo peculiar y, a veces, sombrío. Su legado en el cine de culto será recordado por generaciones futuras.