Conversión de un lugar simbólico en un estacionamiento
Un área desértica situada en el cementerio Behesht-e Zahra, el más grande de Teherán, ha sido el lugar de descanso de miles de víctimas de las ejecuciones masivas tras la Revolución Islámica de Irán en 1979. Sin embargo, el Lote 41 de este cementerio está siendo pavimentado para convertirse en un estacionamiento, lo que podría significar que los restos de las víctimas se encuentran bajo la nueva capa de asfalto.
Imágenes de la construcción
Las fotografías de Planet Labs PBC evidencian que el estacionamiento está en proceso de construcción sobre este sitio, donde fueron enterrados muchos opositores a la nueva teocracia iraní tras sufrir ejecuciones por diversas causas. Este lugar, que había sido vigilado durante años por cámaras en busca de disidencia, ha experimentado demoliciones estatales, además de sufrir vandalismo en las lápidas de las víctimas.
Reconocimiento oficial
Las autoridades iraníes han confirmado los planes para crear el estacionamiento, aunque no han proporcionado información sobre las víctimas enterradas allí. En este contexto, un relator especial de las Naciones Unidas, en un informe de 2024, señaló que la destrucción de cementerios por parte del gobierno iraní busca «ocultar o borrar datos que podrían servir como evidencia potencial para evitar la responsabilidad legal» por sus acciones. Shahin Nasiri, profesor de la Universidad de Ámsterdam, argumentó que la decisión de convertir el Lote 41 en un estacionamiento sigue un patrón de destrucción sistemática, basándose en la profanación de tumbas y la devastación de los árboles en la zona.
Declaraciones de funcionarios iraníes
La semana pasada, tanto el vicealcalde de Teherán, Davood Goudarzi, como el gerente del cementerio dieron declaraciones sobre la obra de construcción del estacionamiento. «En este lugar, fueron enterrados hipócritas de los primeros días de la revolución», declaró Goudarzi a los medios locales. «Propusimos reorganizar el espacio y, como necesitamos un estacionamiento, se recibió el permiso», añadió.
Impacto en la memoria histórica
Las imágenes satelitales indican que la construcción comenzó a inicios de agosto; una fotografía del 18 de agosto muestra que aproximadamente la mitad del Lote 41 ya estaba pavimentada, con material de construcción visible. Según informes, este espacio de estacionamiento facilitaría el acceso al lote vecino, donde se planea enterrar a las víctimas de la guerra entre Irán e Israel.
Cuestiones legales y éticas
La decisión de reutilizar este cementerio parece entrar en contradicción con las normativas iraníes que permiten la reutilización de terrenos de cementerios solo después de 30 años, y siempre con el asentimiento de las familias de los muertos. Un abogado crítico, Mohsen Borhani, ha calificado esta acción de ilegal e inmoral.
La búsqueda de justicia continúa
Existen preocupaciones sobre si los restos humanos permanecen bajo el asfalto o si las autoridades los han desplazado. En años recientes, Irán ha sido acusado de destruir otros cementerios, incluidos aquellos de víctimas de la ejecución masiva de 1988 y las manifestaciones recientes. Hadi Ghaemi, director del Centro para los Derechos Humanos en Irán, señala que «la impunidad por estas atrocidades ha ido acumulándose durante décadas en la República Islámica».
Behesht-e Zahra, inaugurado en 1970, ha sido desde entonces el hogar de algunas de las figuras más notables de Irán y un símbolo de la historia cambiante del país. Con un mausoleo para el Gran Ayatolá Ruhollah Khomeini construido tras su muerte en 1989, este cementerio ha visto aumentar el número de entierros, convirtiéndose en un punto de memoria y resistencia para muchas familias que aún buscan conocer el destino de sus seres queridos.