Un lanzamiento innovador
La presentación de LUX, el último trabajo de Rosalía, se ha convertido en uno de los hitos del marketing cultural de este año. Desde hace más de un mes, todo gira en torno a ella, comenzando por su vibrante transmisión en vivo en Instagram, donde realizó un divertido recorrido a trote por la Gran Vía de Madrid.
Este álbum destaca por su audaz mezcla de **trece idiomas** y por su evocadora iconografía religiosa que acompaña al arte de LUX. Además, incluye un video musical de una canción que comparte nombre con un conocido club de Berlín, donde Rosalía muestra su talento en el canto de soprano en alemán, evocando a la celestial Björk, otra artista reconocida por su formación clásica y sus experimentaciones con la música electrónica.
Un viaje musical intenso
En el contexto de la realidad hiperconectada del primer cuarto del siglo XXI, esta promoción fue rápida y sorprendente, y aunque la industria musical había anticipado el lanzamiento, ahora es tiempo de disfrutar la música. Desde este jueves, los oyentes pueden acceder a LUX, que promete dejar sin aliento.
El disco es un formidable asalto auditivo que desdibuja las categorías convencionales, proponiendo una nueva etiqueta de “pop de vanguardia saborizado de música clásica”. Esta producción mezcla temas de existencia tales como sexo, religión y muerte en canciones intrincadas, enriquecidas por la colaboración de diversos artistas y la presencia de la Sinfónica de Londres, que embellece la impactante voz de Rosalía, quien a sus 33 años se impone como una de las estrellas pop más influyentes actualmente.
Una narrativa en varios idiomas
A lo largo de LUX, emergen referencias a Dios, el catolicismo, la beatificación y la trascendencia, creando un entramado que, aunque difícil de seguir debido a la mezcla de idiomas como español, mandarín, ucraniano, italiano, alemán y portugués, ofrece una experiencia auditiva singular.
LUX se siente más cercana a la música clásica que a las tendencias populares que consumen las masas de la generación Z. Este audaz paso artístico de Rosalía redibuja el mapa del pop con un ritmo cautivador: es un lamento operístico dentro de una discoteca, una mezcla única que apela a la confusión emocional y se establece como una nueva expresión de arte y sentimiento.
El algoritmo de la plataforma de streaming más popular del mundo marcó el final de LUX con la canción “Army of Me”, de Björk, una elección que refleja la conexión artística que existe. Así, el ejército de Rosalía, un concepto pleno de arte y creatividad, sigue avanzando en su singular trayectoria.
