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La pascalina: el primer intento de reemplazar la mente humana con una máquina

La pascalina: el primer intento de reemplazar la mente humana con una máquina

Reacciones frente a la venta de la pascalina

«¡Qué error tan asombroso! ¡Qué triste reconocimiento de desinterés por nuestro patrimonio científico!» Con estas contundentes palabras, miembros del Instituto de Francia, la principal institución cultural y científica del país, expresaron su horror ante la próxima subasta de una pascalina, una máquina de cálculo creada por el destacado intelectual del siglo XVII Blaise Pascal. En un artículo publicado el 1º de noviembre, el diario Le Monde destacó que «la pascalina, origen de la informática moderna, convirtió a Francia en la cuna de la aventura informática: una revolución que transformó nuestra comprensión del mundo». Argumentaron que este invento situó al país a la vanguardia del cambio epistemológico de la era moderna, considerándolo una de las principales joyas del patrimonio intelectual y tecnológico de Francia.

El Instituto instó al gobierno francés a reconsiderar la licencia de exportación otorgada a la casa de subastas Christie’s, mediante la cual «el Estado ha renunciado a clasificar esta pascalina como ‘tesoro nacional’», lo que hubiera asegurado su permanencia en territorio francés.

Una colección excepcional y sus valoraciones

Dos meses antes, Christie’s había anunciado la venta de una extraordinaria colección, perteneciente al francés de origen catalán Léon Parcé, que abarcaba casi un centenar de tesoros bibliográficos. Se incluían tomos incunables, tratados científicos del Renacimiento, manuscritos rarísimos y una selección de obras que documentaban la evolución del pensamiento europeo. El punto culminante de esta colección era, sin duda, la pascalina, la cual se preveía que alcanzara un valor estimado de entre US$2 a 3,5 millones, siendo considerada por Christie’s como «el instrumento científico más importante jamás ofrecido en subasta».

El renombrado matemático francés Cédric Villani afirmó en un video promocional de la casa de subastas: «Es mucho más que una simple máquina; representa todo un capítulo de la historia de la humanidad«. Esta hermosa herramienta fue exhibida en una gira internacional que llevó la colección a Nueva York, luego a Hong Kong y, finalmente, a París antes de la subasta prevista para el 19 de noviembre.

La historia de la pascalina y su creador

La historia de la pascalina no puede separarse de la de su creador, Blaise Pascal, nacido en 1623 y fallecido a los 39 años. Pascal es considerado uno de los grandes polímatas de la historia, realizando importantes contribuciones a las matemáticas, la física, la filosofía y el pensamiento religioso. La unidad de presión utilizada actualmente lleva su nombre en reconocimiento a su obra sobre los gases. Además, es recordado por el triángulo de Pascal y la “apuesta de Pascal”, un argumento filosófico sobre la existencia de Dios.

Pascal también se destacó por sus experimentos que demostraron que el aire ejerce presión y que el vacío existe. Junto a su correspondencia con el matemático Pierre de Fermat, establecieron las bases de la teoría de la probabilidad moderna. Su obra más conocida, Pensées, es considerada una de las mejores en la literatura francesa. Además, diseñó artilugios que demostraban su famosa Ley de Pascal y fue pionero en el desarrollo de un sistema de transporte urbano en París.

El diseño de la pascalina

Pascalletin, por su parte, tenía una relación muy cercana con su padre, Étienne Pascal, un matemático que le proporcionó una educación excepcional y práctica en su hogar. A los 11 años, el joven Pascal ya había compuesto un tratado sobre los sonidos de los cuerpos vibrantes y a los 16 publicó otro sobre geometría proyectiva. A los 19 años, Pascal se propuso inventar una máquina que le facilitara la carga contable. Después de años de trabajo, presentó su diseño que incluía una serie de engranajes y una elegante estructura de madera.

La máquina, que permitía calcular sumas sin errores, fue acompañada de un “Aviso necesario” que servía como manual y promoción de su invención. En este folleto, enfatizaba que su máquina «libera al usuario de la molestia de recordar números, lo que a menudo causaba errores, asegurando que el riesgo de equivocación era nulo». Para proteger su invención, en 1649, obtuvo un privilegio del rey Luis XIV, prohibiendo cualquier reproducción bajo pena de multa, convirtiendo a la pascalina en la primera máquina en recibir el equivalente a una patente.

El impacto de la pascalina y su legado

La colección de Léon Parcé se subastó con gran éxito, vendiéndose obras notables como una primera edición de Philosophiæ Naturalis Principia Mathematica de Isaac Newton y la última obra de Galileo sobre física. A pesar de que Parcé había dedicado gran parte de su vida a coleccionar artículos relacionados con Pascal, la pascalina no fue subastada, pues Christie’s se retractó de la venta después de recibir una oposición legal de movimientos en defensa del patrimonio. Esta pascalina, que era la única diseñada para usos en topografía, quedó en suspenso ya que un tribunal administrativo de París bloqueó su exportación, indicando que hay «serias dudas» sobre la legalidad de su salida del país, dictaminando que podría ser clasificada como un tesoro nacional.

Por el momento, la pascalina controvertida permanece en Francia, asegurando que su historia y legado sigan siendo parte de su patrimonio científico.