Un regreso lleno de emociones
El reciente viaje de Georgina Barbarossa al hogar familiar en Palermo ha estado marcado por intensas emociones y recuerdos de su niñez. Junto a Cristina Pérez en su programa Camino a casa de Telefe, Barbarossa cruzó el umbral de la casa que no visitaba desde su matrimonio con Vasco. Al entrar, confesó: «No entré más a esta casa desde que me casé con Vasco», poniendo así de manifiesto el gran significado que tiene este espacio personal.
Reviviendo memorias
Al recorrer los diferentes ambientes, Barbarossa compartió detalles entrañables sobre su vida familiar. «Nosotros teníamos el comedor, mi mamá lo había puesto ahí. Y acá estaba el living, ¿no? Y me acuerdo de que mamá tenía la manía de los almohadones bien inflados y no nos dejaba sentar. Teníamos que ir al cuarto de estar», narró mientras revivía momentos con Mrs. Margaret, la profesora de inglés de su madre, quien debía adaptarse a la rigurosa regla de los almohadones.
Sabor a infancia
El regreso también estuvo colmado de sabores nostálgicos. Al degustar unas galletitas que reconoció, Barbarossa exclamó: «Son las mismas, sí. Las galletitas de los puntitos. Qué maravilla estar acá». Este instante confirmó cómo los recuerdos de la infancia son a menudo evocados por objetos y sensaciones cotidianas.
Un legado familiar significativo
Barbarossa rememoró el arduo esfuerzo que significó para sus padres adquirir la vivienda. «El pobre viejo lo compró con mucho esfuerzo, porque antes vivíamos en Callao y Vicente López, en la casa de mis abuelos», contó, resaltando el valor emocional de dicho logro para su familia.
Decisiones que marcan el futuro
En el mismo hogar, Barbarossa tomó decisiones que transformaron su vida profesional. «Cuando todavía trabajaba en la agencia de viajes, vine acá a decirle a papá y mamá que quería estudiar teatro«, recordó. La respuesta de su padre fue una llamada a la seriedad: «Bueno, pero, ¿estudiás? En serio, buscá realmente buenos profesores. No estudies así por encima».
El recuerdo de su amado
El pasado 2 de noviembre, a 24 años del asesinato de Miguel El Vasco Lecuna, la conductora rindió homenaje a su recuerdo en las redes sociales, reafirmando la huella de su ausencia en su vida y en la de su familia. Publicó una imagen nostálgica de ambos, acompañado por la emotiva frase: «Vasquito, mi amor 24 años Te amo y extraño siempre». Este mensaje, que rápidamente recibió miles de muestras de apoyo, muestra cómo el amor y el recuerdo persisten pese a la pérdida.
El dolor que persiste
Barbarossa compartió con sus seguidores una conmovedora fotografía junto a Lecuna, quien fue asesinado en 2001 durante un asalto. En una reciente entrevista en Bondi Live con Ángel de Brito, ella comentó: «Es el día de hoy que lo extraño a Vasco, que igual siento su presencia y siento que me acompaña». Relató la angustia del momento en que se enteró del accidente y cómo la súbita tragedia le dejó un profundo impacto: «No entendés nada. Cuando es una cosa tan abrupta que no entendés qué pasó». La cicatriz dejó huellas profundas en ella y en sus hijos, quienes tenían solo catorce años al momento del suceso. Después de que se hiciera justicia, Barbarossa pudo finalmente procesar su duelo, sintiendo que la cremación del cuerpo de su esposo y el cumplimiento de su deseo le permitieron comenzar a sanar.
