Home Sociedad Un Verano de Libélulas: ¿Pueden Anunciar la Llegada de una Tormenta?

Un Verano de Libélulas: ¿Pueden Anunciar la Llegada de una Tormenta?

Un Verano de Libélulas: ¿Pueden Anunciar la Llegada de una Tormenta?

Libélulas: Fascinantes Insectos y su Relación con el Clima

En la infancia, una amiga solía festejar su cumpleaños llevándonos al cine. En una de esas ocasiones, fue el estreno de Bernardo y Bianca, una película animada de Disney que narra las aventuras de dos ratones que, con la ayuda de diversos animales de un pantano, intentan rescatar a una huérfana llamada Penny de la malévola Madame Medusa. Uno de los personajes, una libélula llamada Evinrude, despegaba con un frenético movimiento de sus alas, impulsando una hoja que servía de embarcación para los ratoncitos. A mi padre, con su talento para el dibujo, le encantaba retratar este personaje, y a petición mía, creaba ilustraciones repletas de hazañas de Evinrude. Su nombre me hacía gracia, ya que coincidía con una conocida marca de motores fuera de borda.

A pesar de que tenía miedo de los insectos, desarrollé un cariño especial por las libélulas, incluso rescatándolas de la piscina cuando accidentalmente caían. Aprendí que un cielo de verano lleno de estas criaturas era un indicativo de que una tormenta se acercaba. Cuando observaba varios de ellos revoloteando en el jardín, me dedicaba a verificar otro método de previsión del tiempo que había en muchos hogares argentinos. En mi casa, era conocido como el barquito del tiempo, una figurita de vidrio que cambiaba de color según el clima. Este artefacto pasaba de tonos azules a violetas o rosas, y se creía que, si se tocaba, perdería su magia y dejaría de ser efectivo en sus pronósticos meteorológicos.

Diferencias Entre Libélulas y Aguaciles

Siempre pensé que los aguaciles eran un tipo de insecto con un cuerpo más robusto, mientras que las libélulas eran más delgadas y estilizadas, con colas turquesa que asemejan piedras semipreciosas. Sin embargo, descubrí que aguaciles y libélulas son en realidad la misma especie, siendo las libélulas conocidas también como caballitos del diablo. Estas últimas son reconocibles por la forma en que pliegan sus alas verticalmente al reposar, a diferencia de los aguaciles que las mantienen completamente extendidas.

Los odonatos, que engloban tanto libélulas como caballitos del diablo, cuentan con alas que son joyas de la bioingeniería. Sus membranas son tan delgadas que parecen transparentes, con nervaduras que son casi artísticas, representando un diseño eficaz que combina fuerza con ligereza.

¿Pueden las Libélulas Predecir la Lluvia?

Respecto a la fama de las libélulas de ser un anuncio de lluvia, me embarco en la investigación de La mujer libélula, una entomóloga que estudia el comportamiento de los odonatos en relación con la meteorología. Las libélulas, esos antiguos acróbatas del aire que habitan en humedales y estanques, no son meros símbolos del verano, sino que su comportamiento climático tiene respaldo científico. Por ejemplo, suelen salir a volar en días cálidos pero no lo hacen en climas fríos, ya que no pueden cruzar lluvias torrenciales que afectan su aerodinámica.

Los caballitos del diablo no suelen volar con vientos fuertes, mientras que las libélulas, gracias a su mayor robustez, lo soportan mejor. Antes de que llueva, tienden a alejarse de los espejos de agua donde residen.

En cuanto a la relación entre la presión atmosférica y la llegada de la lluvia, existe un estudio de un científico ruso de los años sesenta que sugiere un vínculo, aunque no cuenta con suficientes evidencias. Aun así, se ha observado que muchos insectos, incluyendo las libélulas, modifican su comportamiento cuando el aire se vuelve denso y húmedo, coincidiendo con condiciones previas a la lluvia. Es más probable que el aumento en la actividad de las libélulas se deba a una mayor cantidad de insectos volando a su alrededor, lo que afecta su patrón de caza.

Residencio ahora en un lugar donde las copas de los árboles y los cielos son visibles, así como las tormentas que se aproximan con nubes grisáceas que convierten los días soleados en oscuridad en cuestión de minutos. Sin embargo, antes de que la tormenta estalle, cuando el cielo aún es azul, elijo confiar en que esas libélulas avisan la llegada de la lluvia, al menos hasta que encuentre una evidencia científica que demuestre lo contrario.