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Una nueva oportunidad para el sueño americano

Una nueva oportunidad para el sueño americano

Contexto de inestabilidad económica

Hace apenas una semana, la situación económica parecía desbordarse. En un corto lapso de tres días, el Banco Central había empleado más de US$ 1.000 millones intentando mantener el límite de la banda cambiaria. Las alternativas eran limitadas: vender reservas incrementaba el riesgo país, aumentar la tasa de interés podría agudizar la recesión, reinstaurar un cepo cambiario ampliaría la brecha, y abandonar la regla cambiaria podría resultar en un camino sin retorno.

Los mercados experimentaban clara tensión: los bonos registraron caídas de entre 10% y 15% dependiendo del plazo, el riesgo país se acercó a 1.500 puntos, las acciones cayeron un promedio del 10%, y el dólar minorista alcanzó los $ 1.524.

Recuperación en el mercado

Una semana más tarde, el panorama es notablemente distinto. Los precios de los activos, tanto de bonos como de acciones, ya superaron las tarifas anteriores a la reciente corrida. El riesgo país ronda los 1.000 puntos (aún distante de los 560 puntos que se registraron en enero), la paridad cambiaria se encuentra en $ 1.360, cifra que es menor a la inicial, y el Banco Central parece haber conseguido recuperar las reservas que perdió anteriormente.

Acciones determinantes

¿Qué fue lo que cambió en este lapso? Principalmente, una cumbre de alto nivel entre presidencial y ministerial y tres tuits relevantes de influyentes emisores, introduciendo un nuevo factor clave: un prestamista de última instancia poderoso para prevenir correcciones drásticas e inesperadas. Este apoyo externo no debe subestimarse.

Desafíos persistentes

No obstante, la situación no está exenta de contradicciones. Los activos y pasivos económicos no han cambiado desde hace dos semanas. Existe un superávit fiscal sólido, que limita cualquier escalada crítica, pero hay una fragilidad externa evidente: el déficit está aumentando y las reservas son negativas, lo que las hace vulnerables ante cualquier contratiempo financiero.

En el ámbito político, las recientes elecciones en Buenos Aires han evidenciado una menor tolerancia social hacia ajustes económicos, dado que el ingreso disponible ha caído un 7% en comparación con el inicio del año. La dinámica del Parlamento, sensible al humor social, también establece límites a la gobernabilidad mediante decretos y vetos.

La mirada hacia el futuro

El análisis de esta situación resalta que no hay lugar para la desesperación ni para la euforia. La asistencia de Estados Unidos fue lo suficientemente contundente como para estabilizar el pánico irracional y modificar las expectativas. Sin embargo, permanece la incertidumbre sobre las condiciones de esta ayuda (como swaps de monedas o compra de bonos) y el momento de su implementación.

A pesar de los riesgos que generó una mini corrida de US$ 1.000 millones, es crucial comprender que factores externos (como un resultado electoral) no deberían sorprendernos y provocar una demanda inesperada de divisas. Es fundamental enfocarse en la necesidad de mantener un flujo saludable de reservas al tipo de cambio que permita que la oferta de divisas supere la demanda.

Aprovechando el tiempo extra

El apoyo externo proporciona una valiosa oportunidad de tiempo. Las cotizaciones del mercado futuro del dólar indicaban un cambio de régimen incluso antes de octubre, pero ahora parece que solo se superará el límite de la banda en diciembre. Aunque la volatilidad en este mercado puede generar desinformación, los ajustes podrán llevarse a cabo de manera más gradual y ordenada.

Es fundamental aprovechar este tiempo adicional, y si las condiciones lo permiten, después de las elecciones del 26 de octubre, se debería proceder a normalizar el mercado cambiario, acumular reservas, y establecer un régimen monetario convencional que favorezca la estabilidad. Con esto, la tasa de interés real podría eventualmente ajustarse a un nivel positivo y bajo, apenas por encima de la inflación esperada.

El aprendizaje de esta experiencia es esencial: hay mucho trabajo por delante. El camino hacia el desarrollo es, por naturaleza, lento y no lineal. Es vital ser cautelosos y no depender exclusivamentede declaraciones en redes sociales, para asegurar la integridad de nuestra economía.