Despedida de un ícono
El reconocido artista Zamba Quipildor, a sus 82 años, se prepara para cerrar su trayectoria musical con un concierto que promete ser inolvidable. El domingo 14 de diciembre a las 19 h, la Explanada del Palacio Libertad será el escenario para la interpretación de la Misa Criolla, acompañado de destacados colegas de la música popular argentina.
Grandes invitados y una emotiva reflexión
Entre los artistas que lo acompañarán se encuentran Chaqueño Palavecino, Jairo, Sandra Mihanovich, Carlos Di Fulvio, Tomás Lipán, las Hermanas Vera, Adelina Villanueva y el Coro Nacional de Música Argentina (CONAMA). En la recta final de su carrera, Quipildor, cuyo nombre completo es Gregorio Nacianceno Quipildor, reflexiona sobre sus seis décadas de dedicación a la música.
“Uno está culminando 60 años de trayectoria. En Buenos Aires son 55 años, pero, como empecé cantando en Jujuy, Salta y Tucumán, completo 60 años. Siempre lo hice con mucho gusto; ha sido un placer tomar este camino de la cultura”, compartió el músico. Su decisión de retirarse se debe a un deseo de compartir más tiempo con su familia, que incluye ocho hijos, treinta y cuatro nietos y catorce bisnietos.
Una celebración entre amigos
El concierto de despedida será una auténtica celebración llena de grandes amigos y colegas. “Va a ser una fiesta total con grandes figuras. Con algunas compartimos una historia. Por ejemplo, Chaqueño Palavecino y yo hemos sido colectiveros. Nos identificamos mucho, tenemos amistad desde hace años. De Sandra Mihanovich admiro su forma de cantar y entrega, y Jairo es un amigo que siempre me conmueve al interpretar la Misa Criolla”, dijo Quipildor. También mencionó a Carlos Di Fulvio, Tomás Lipán, las Hermanas Vera y Adelina Villanueva, destacando que su despedida será muy especial.
El legado de la Misa Criolla
La Misa Criolla tiene un significado profundo para él. “Me emociona mucho cantarla, porque siento que el mundo necesita un encuentro humanístico”. Según Quipildor, la obra logra congregar a diferentes clases sociales y políticas, siendo un símbolo de unión. “Canté en noventa países y en teatros líricos de todo el mundo”, recordó, reflejando sobre su experiencia con Ariel Ramírez, quien lo invitó a interpretar la obra desde 1974.
Un regreso a la familia
Finalmente, Quipildor expresó su deseo de reencontrarse con su familia tras su retiro. “Voy a tratar de reunir a toda mi familia, algo que ahora es imposible. Tengo ocho hijos, treinta y cuatro nietos y catorce bisnietos. Cuando termine mi carrera, iré a visitarlos a darles un abrazo. Ellos también están deseosos de verme”, concluyó el artista, quien deja una huella profunda en la música argentina.
